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lunes, 13 de agosto de 2012

Diuca

 Diuca (Diuca diuca) - Common Diuca-Finch

"Pero a mi, señoras y señores, que me den la diuca,
con su traje gris, su garganta y su guatita blanca,
cómo salta por campos, pueblos, cerros, quebradas, jardines y plazas.
Pobre diuquita que suele ser víctima de un parásito argentino,
el tordo Molothrus bonariensis, caficio milonguero."

Miguel Arteche, La disparatada vida de Félix Palissa.

 Sendero del Triásico, Parque Nacional Talampaya, provincia de La Rioja.

Luego de visitar el imponente Cañón de Talampaya, realizamos el recorrido auto guiado por el Sendero del Triásico, circuito a través del cual es posible ver replicas artísticas basadas en reconstrucciones científicas de la fauna del período triásico, encontrada en el registro fósil del área. Dinosaurios y otros reptiles antediluvianos parecían cobrar vida en las escenas del sendero. Antes de finalizar la interesante caminata, escuchamos un melodioso canto proveniente del desierto. Bello e inconfundible en su pentagrama de espinas, no tardamos en descubrir al emisor. 


Era una Diuca (Diuca diuca), Molina 1782; también llamada Aurorita por su costumbre de cantar en las primeras horas del alba. Este ave es un passeriforme (pájaro) que pertence a la familia Emberizidae; común en el oeste árido de nuestro país, desde la puna hasta la patagonia. Compartimos las imágenes que pudimos tomar y algunos comentarios acerca de este pequeño gran cantor de nuestra fauna.


La Diuca es un ave pequeña, de unos 14 cm, tiene el pico cónico de color gris, igual que las patas. Posee el dorso y chaleco de color cenicientos, según como le de la luz se ve algo azulada. El ápice de las timoneras, la garganta y el resto ventral son blancos. Mancha abdominal canela. La hembra y los juveniles son algo más parduscos.


Es terrícola y de arbustos. Suele ser bastante confiada y permitir cierta proximidad de los humanos, más aún en áreas protegidas donde no se la persigue. Realiza un canto fuerte, lento y melodioso, continúo y muy característico de 4 o 5 notas. Es "famosa" por su bello trino. Pero este don de la naturaleza le cuesta muy caro, pues es una de las aves más buscadas para jaula. 


"No hay nadie. Trina la diuca.
como el agua en la noche pura."

Pablo Neruda, Canto General.


La Diuca se distribuye por el suroeste de Sudamérica, es residente y nidifica en Chile y Argentina. En nuestro país se la encuentra desde el noroeste, por todo cuyo y patagonia, hasta Santa Cruz, e incluso más al sur en Tierra del Fuego. La población austral migra hacia el norte durante el crudo invierno patagónico, alcanzando el centro del país, Brasil y Uruguay. En su extensa distribución abarca distintos hábitats: prepuna, áreas rurales, estepas altoandinas, patagónicas y arbustivas. No desdeña los oasis creados por el hombre (proximidad de diques, cultivos, acequias y riego) ni las quebradas húmedas. Es muy común en las eco regiones del Monte y de la Estepa Patagónica. En Chile, se la encuentra prácticamente en todo el país, incluso en poblados y los bosques húmedos del sur, siendo un ave representativa, muy frecuente en el folclore y la cultura de aquel país hermano. Su nombre, proviene de Síuca, como antiguamente se la conocía en la Araucania.

"Las aves del bosque cantaban reunidas, diuca, chincol, jilguero, torcaza, tordo, zorzal y hasta el pájaro carpintero, marcando el ritmo con su infatigable tac-tac-tac."

Isabel Allende, Inés del alma mía.


Luego del encuentro en el sendero, la volvimos a ver en la ramada del estacionamiento contiguo al centro de atención al visitante del Parque Nacional Talampaya. Al llegar el macho, la hembra voló hacia los arbustos de la estepa.

Tenían un pichón, ya volantón, que seguían alimentando.

Papá Diuca nos observaba de cerca.


"Blanqueó la ventanita de mi cuarto. En el agua fría
del amanecer, como goterones de cristal, cayeron los
primeros trinos de las diucas."

Mariano Latorre, Chile, país de rincones.

Nótese la coloración del pichón, casi juvenil, algo más pardusca.

Impasible nos observaba desde el tirante de la ramada.

Su hermano, no tuvo la misma suerte.

Vista del árido hogar de la Diuca, región del monte, en Talampaya, provincia de La Rioja.

Diuca a la venta en una tienda de mascotas del Gran Buenos Aires

La Diuca no se encuentra en ninguna de las categorías de peligro, a pesar de que se la captura para venderla como mascota o ave de jaula. De hecho, es bastante común en toda su área de dispersión. Nosotros la hemos visto en casi todas las provincias del oeste, desde Jujuy hasta Neuquén y Chubut. Pero su comercio continúa, mucha gente ignora que es un delito el tráfico de fauna autóctona (Ley 22421), el daño que esta práctica causa a las especies y a los ecosistemas que forman parte. Mucha gente no conoce la dimensión de esta práctica: el tráfico de fauna es la tercer actividad ilegal a nivel mundial. La última imagen la tomamos con el celular en un negocio de mascotas del Gran Buenos Aires, que poco tiempo después bajó la persiana. En Chile y en Cuyo se cree que su canto es signo de buen augurio. ¿Será lo contrarío con el ave enjaulada? No lo sabemos, por supuesto. Nos guardamos la respuesta en ese rincón que nos queda de pensamiento mágico. Pero compartimos la certeza en el buen augurio que proviene del educarnos en el respeto y el amor por la naturaleza, compleja trama de la que solo somos un hilo.

"¡No! ¡Ahora no se trata de la diuca chilena! No, señores delegados. Se trata, en primer lugar, oídme bien y que mi voz resuene hasta el Polo Sur; se trata ¡de la libertad del pájaro! ¡De la libertad de todos los pájaros del mundo, sin distinción de credos políticos, religión, sexo, condición social! ¡Oídme: se trata de los derechos de los pájaros! Y no quiero entrar en detalles que avergonzarían al mundo. (silencio profundo.) ¿Es posible que el pájaro sea encerrado en jaulas doradas, que son jaulas por muy doradas que sean? ¡Son jaulas e ignominiosas! (...) ¡El pájaro debe ser libre!"

Miguel Arteche, La disparatada vida de Félix Palissa.
Escritor chileno (1926 - 2012).


Para leer o consultar:

Narosky Tito e Yzurieta Dario: "Guia para la identificación de las Aves de Argentina y Uruguay", Vazquez Mazzini Editores, Bs.As. 2006.
Olrog, C.C.: "Las aves argentinas, una nueva guía de campo" APN, Bs. As. 1984.


jueves, 9 de agosto de 2012

Tarde en Ribera Norte

 Mosqueta Común (Phylloscartes ventralis) - Mottled-cheeked Tyrannulet

 Entrada al Refugio Educativo Ribera Norte - San Isidro, provincia de Buenos Aires

Compartimos en esta entrada algunas de las imagenes que obtuvimos en una breve pero "productiva" visita al Refugio Educativo Ribera Norte. Recorrimos los senderos de la reserva la tarde del ultimo domingo de julio, soleada pero fresca, ideal para el avistaje de aves y un mínimo pero indispensable contacto con la naturaleza. Numerosos visitantes aprovecharon esta opción, en su mayoría familias con chicos de todas las edades, fotógrafos y aficionados a la observación de aves. Ribera Norte cuenta con una infraestructura básica de senderos, miradores e incluso una rampa de acceso, brindando a todos la posibilidad de recorrerla y disfrutar de sus ambientes, sus olores y colores o el canto de las aves silvestres en total libertad. También cuenta con un Vivero de Plantas Autóctonas, un Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre, guardaparque y guías.  Publicamos varias notas sobre el refugio, pues lo visitamos con frecuencia dado que cada salida al campo es única, que invariablemente la naturaleza cambia y nos sorprende al encontrar, reencontrar o descubrir a sus activos habitantes. En efecto, en no más de tres horas avistamos unas cincuenta especies, tres de ellas consideradas "raras" para la provincia, escasas o dificiles de observar: la Mosqueta Común, el Burrito Común y el Ñacurutú.

La Mosqueta Común es rara en la provincia, pues habita las selvas del noroeste y noreste de nuestro país encontrando en las selvas y bosques de la ribera del plata su límite sur de distribución. Necesita estos ambientes con flora autóctona para desarrollar su vida, privilegiando el estrato medio de los bosques y matorrales para hacer sus activas recorridas. En Ribera Norte es un habitante que se deja ver con cierta frecuencia. 

 Colores invernales de los helechitos que tapizan los pozones y canales.

 El verde cede a los ocres y grises, latente hasta la primavera.

Vista de las aguas abiertas del bañado principal.

Gallineta Común (Rallus sanguinolentus) - Plumbeous Rail

Macá Común (Rollandia rolland) - White-tufted Grebe

Llamado también Macacito o "pato zambullidor" pues captura pequeños peces zambulléndose,

como en este caso, una mojarrita.

Pato Cutirí (Amazonetta brasiliensis) - Brasilian Duck

El bañado, desde el mirador.

Cotorra o Catita Común (Myopsitta monachus) - Monk Parakeet

Burrito Común (Laterallus melanophaius) - Rufous-Sided Crake


Este pequeño gruiforme se distribuye por el noreste de la provincia, en el Delta del Paraná y la ribera platense donde es residente y nidificante. Su hábitat son los pajonales palustres ribereños. Según Narosky y Di Giacomo (1993) estaría sometido a una fuerte presión de caza comercial, lo consideran Raro y "en peligro" a nivel provincial. A pesar de ello, es muy común en Ribera Norte y tal vez sea uno de los mejores sitios para observarlo en estado salvaje. Recientemente lo hemos observado en "el pantano" de la Reserva Ecológica Costanera Norte. Hace dos años lo registramos en el Cuenco Aliviador del Arroyo Medrano, en Villa Martelli (ver: Aves de Villa Martelli).

Sendero hacia el mirador u observatorio de aves del bañado.

Pato Barcino (Anas flavirostris) - Speckled Teal

Buscando alimento entre la vegetación subacuática.

Disputas de patos. Ultimamente, los Barcinos y Cutiríes son los más observados en el bañado.

Casal de Patos Cutirí, el macho delante y la hembra detrás.

Garza Mora (Ardea cocoi) - Cocoi Heron

Arrimando el bochín...

Hocó Colorado (Tigrisoma lineatum) - Rufescent Tiger-Heron

Su cuerpo yacía muerto en el bañado, donde es posible observar la vida y en todas sus etapas, incluida la final. Los carroñeros se alimentarán de los restos, "limpiando" el ambiente.

Canales y arroyos comunican el bañado con el Río de la Plata.

Ñacurutú (Bubo virginianus) - Great Horned Owl

Dormitaba placidamente sobre un sauce, a pocos metros del sendero semi oculto por las ramas de un arbusto más bajo. Una familia lo observaba con asombro y gentilmente nos indicaron su presencia. Si bien se ha registrado varias veces en el Refugio, no es una especie común. Impresiona el porte de esta rapaz nocturna que es considerada "Rara" para la provincia, con registros en localidades aisladas.

Coloridos hongos repisa.

Verdes del sotobosque.

Ceibal deshojado por el invierno bonaerense.


Para leer o consultar:

Narosky Tito e Yzurieta Dario: "Guia para la identificación de las Aves de Argentina y Uruguay", Vazquez Mazzini Editores, Bs.As. 2006.
Narosky Tito y Henschke Christian: "Aves de la Ciudad de Buenos Aires", Vazquez Mazzini Editores, Bs.As. 2005.
Narosky Tito y Di Giacomo Alejandro: "Las Aves de la Provincia de Buenos Aires: Distribución y Estatus" Editorial L.O.L.A., Bs. As. 1993.
Beccaceci Marcelo: "Buenos Aires, Ciudad y Provincia. Guía de Campo" Southworld  2009.
 

lunes, 6 de agosto de 2012

Lagartija Vallista

Lagartija Vallista (Liolaemus quilmes) - Sand Lizard

"Serpientes y humucutis, se ven más de una vez en los yuros,
 y especialmente en las fuentes, al borde de las mismas,
que se usan en los templos como pilas de agua bendita"

Adán Quiroga, El Folklore Calchaquí.

La vimos cruzar como un diminuto relámpago los senderos laberínticos trazados entre las pircas de las Ruinas de Quilmes, en el árido noroeste de Tucumán. También en Fuerte Quemado, al pié del pucará que recién se comenzaba a restaurar, no sabemos con que criterio. Un par de años después incluso se dejó ver en los caminos de arena próximos al cementerio de Santa María, algo más al sur y ya en Catamarca. Contamos más de diez en un área no mayor a una hectárea de superficie. Perseguimos a una cerca de aquel campo santo que luego de unos cuantos metros, bajo unos arbustos espinosos que impedían el paso y para nuestra enorme sorpresa, se sumergió en la arena. El premio a la perseverancia llegó en el verano de 2009, pues encontramos una al iniciar el ascenso al pucará del Cerro Pintado de las Mojarras. Se posó en una laja, de las tantas que conforman las pircas, nos miró confiada. Llego la foto. Saltó hacia un pedregal, capturó un insecto. Una foto más, en la que apenas sobresale de su boca el extremo de un élitro transparente. Compartimos en esta breve nota las imagenes y algunos comentarios acerca de este bello y poco conocido integrante de nuestra fauna.


Era una Lagartija Vallista (Liolaemus quilmes) Etheridge 1993; llamada localmente Umucuti o Ututo, nombres provenientes del quechua. Es una especie endémica de nuestro país que solo se encuentra en el Valle de Santa María o Yocavil y aquellos que conforman los Valles Calchaquíes, que abarcan el noreste de Catamarca, noroeste de Tucumán y suroeste de Salta. El ambiente es seco y caluroso, algo más húmedo en la proximidad del Río Santa María, que atraviesa el valle de sur a norte. Se encuentra en la Eco Región del Monte de valles y bolsones, así como también la de Prepuna y por supuesto, el ecótono entre ambas. Aparentemente es una lagartija común que no está incluida en ninguna categoría de peligro. Al menos nosotros la observamos en cada viaje, siempre durante el verano. Se alimenta de insectos, larvas y otros artrópodos pequeños que captura luego de rápidas carreritas, según pudimos observar. Para escapar de los predadores realiza un curioso comportamiento, al igual que otras congéneres propias de nuestras zonas áridas, pues literalmente se sumerge en la arena suelta con rápidos movimientos, enterrando primero la cabeza y luego el resto del cuerpo. A veces, ayudando a taparse con las patas posteriores. También se entierra en arena durante los periodos fríos. Los machos salen de la hibernación en setiembre, las hembras un mes después. Al llegar la primavera, las hembras presentan una coloración nupcial a ambos lados del cuello que va desde un amarillo tenue hasta un naranja fuerte. El amarillo tenue indicaría a los machos el comienzo de la etapa receptiva y el cortejo de estos podría ayudar a activarla. De hecho, el apareamiento en el campo se da cuando las hembras presentan coloración clara. El naranja fuerte se mantiene durante la gravidez para desaparecer gradualmente luego de la oviposición.


La Lagartija Vallista es un reptil escamado, es decir del Orden Squamata que incluye dos subórdenes: Ophidia (ofidios, serpientes) y Lacertilia (Saurios) que incluye a los lagartos, lagartijas y anfisbaenas. Este grupo se encuentra bien representado en nuestro país con una gran variedad de especies y numerosos endemismos. En efecto, según la Lista de lagartijas y anfisbaenas de Argentina (Avila et al 2010) el numero es de 242 especies. Dentro de este grupo, la Lagartija Vallista pertenece a la familia Tropiduridae (que cuenta con 176 especies registradas), y dentro de esta al complejísimo y diverso género Liolaemus (138 especies). Es un género propio de Sudamérica, más específicamente Andino-Patagónico. En efecto, las regiones con mayor diversidad se encuentran en el oeste árido de nuestro país, abarcando la región noroeste, cuyo y patagonia. Las provincias con mayor diversidad de lagartijas, lagartos y anfisbaenas son Catamarca y Mendoza con 50 especies registradas, luego Salta (47), Río Negro (46), Neuquén (45), San Juan (41), La Rioja (40), Chubut (38), Tucumán, Córdoba y La Pampa con (35), Santiago del Estero (33), Jujuy (32) y  Santa Cruz (31). Las provincias con menos representantes son Misiones (14) y Tierra del Fuego con solo una. Con el avance de las investigaciones se van descubriendo especies nuevas. Como dijimos, la Lagartija Vallista es un endemismo, es decir, una especie que solo se encuentra en un hábitat, región o país determinado, en este caso el Valle de Santa María y Calchaquí. Por ende, solo en nuestro país. Según Chébez et al (2005), "las especies endémicas son de gran importancia para la conservación del patrimonio genético nacional. Sus adaptaciones específicas a los hábitats en los que se desarrollan las hacen altamente informativas sobre distintos aspectos de la biología (selección del hábitat, biogeografía, evolución, etc.)"


El nombre científico de esta lagartija Liolaemus quilmes, compuesto de dos términos en latín según el uso desde Linneo, indica en el primero la pertenencia genérica de la especie (Liolaemus) y el segundo, quilmes, recuerda la localidad y el pueblo que le dio origen, los Quilme o Kilme. Este grupo, junto a otros de la parcialidad calchaquí, resistieron heroicamente el asedio español durante 130 años. En 1667 luego de ser derrotados militarmente fueron sitiados y su presa de agua envenenada hasta conseguir su rendición. Como los españoles no lograban someterlos para hacerlos trabajar gratis en sus haciendas, alrededor de 2500 personas fueron desterradas, conducidos a pie por más de 1000 km hasta la Reducción de Santa María de Quilmes, al sur de la ciudad de Buenos Aires dando origen al nombre de la localidad actual. Solo llegaron unas 400 personas.

Petroglifos con representaciones zoomorfas, "reptiliformes" según Bruch.

El valle estuvo poblado desde tiempos remotos como lo prueban los numerosos vestigios arqueológicos que incluyen instrumentos líticos y grabados rupestres. Los asociados a la cultura Ampajango se estiman de una antiguedad de alrededor de 8000 años. En la figura (tomada de Bruch, 1913) dos petroglifos que encontró Carlos Bruch en 1907 en las proximidades de la localidad de Ampajango, algunos kilómetros al sur de la ciudad de Santa María, provincia de Catamarca. ¿Lagartijas Vallistas? ¿reptiles? ¿chamanes con atuendos de reptil? en cualquier caso, sin dudas son representaciones estilizadas del mundo natural que pasaron a conformar su mundo simbólico, cultural, del que poco y nada podemos saber con certeza. Las representanciones de la lagartija aparecen también en urnas, pucos, yuros y jarros de las culturas que posteriormente habitaron el valle, principalmente de la Cultura San José y Santa María. Para Adán Quiroga su presencia en estos artefactos estaría asociada al agua en tanto elemento indispensable para la vida, relacionado con el pedido de lluvia necesaria para obtener buenas cosechas. Los pobladores de los valles calchaquíes llaman a esta lagartija Ututu, Humucuti, pero son nombres genéricos utilizados para casi todas las lagartijas en el noroeste argentino. Según cuenta Félix Coluccio en su Diccionario folcklórico de la flora y la fauna de América: "En algunas partes de Catamarca es creencia que cuando el umucuti muerde solo suelta a su presa cuando está por tronar o llover y, si alguien lo matara en esas circunstancias, más que seguro, afirman los supersticiosos, que al hacerlo perdería el juicio". Amarus (serpientes), ututus, umucutis y chelcos son en el folclore popular las "sabandijas" y alimañas que custodian las salamancas, que son los lugares donde según las leyendas se pacta con el Zupay (demonio) con el fin de obtener conocimientos o riquezas.

Río Santa María

La Lagartija Vallista, si bien no está amenazada de extinción, no se encontraría protegida por el Sistema de Parques Nacionales de la Argentina según Chébez et al 2005. Sin embargo, recientemente (2010) fue registrada por Nicolás Olejnik en el Parque Nacional Los Cardones, provincia de Salta (ver: Ecoregistros).


Para leer:

Ávila, L.J. et. al.: "Lista de lagartijas y anfisbaenas de Argentina: Una actualización" Centro Nacional Patagónico CENPAT-CONICET, Puerto Madryn, Argentina, 2010.
Bruch, Carlos: "Exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Catamarca" Revista del Museo de La Plata, Tomo XIX, 1º parte, 2º serie tomo VI, Bs.As. 1913.
Chébez, J.C., Rey, N.R, Williams, J.D: "Reptiles de los Parques Nacionales de la Argentina" Monografía 19, Ed. L.O.L.A, Bs.As. 2005.
Coluccio Félix: "Diccionario folklórico de la flora y la fauna de América" Ed. Del Sol, Bs. As. 2005.
Gallardo, Jose M.: "Reptiles de los Alrededores de Buenos Aires", EUDEBA, Bs.As. 1977.
La Grotteria, J., D. Oscar y H. Alvarado (Eds.). 2011. Ficha de la especie (Liolaemus quilmes). EcoRegistros. accedida el 03/08/2012.
Quiroga Adán: "El Folklore Calchaquí" Ed. Sarquis, Catamarca 2005.
Salica, M.J. y Halloy, M.: "Nuptial coloration in female Liolaemus quilmes (Iguania: Liolaemidae): relation to reproductive state" Rev. Esp. Herp. (2009) 23: 141-149.

Ver también (sobre reptiles):